En boca de un poeta:

Canto de amor a Stalingrado

Honor a ti por lo que el aire trae,
lo que se ha de cantar y lo cantado,
honor para tus madres y tus hijos
y tus nietos, Stalingrado.
Honor al combatiente de la bruma,
honor al Comisario y al soldado,
honor al cielo detrás de tu luna,
honor al sol de Stalingrado.


domingo, 3 de octubre de 2010

Dos poemas a una morena de altas torres.

Decimilla desmedida del último segundo.

Antes de caer en sueño profundo
y dejarme abrazar por Morfeo
pasar junto a mi yo te veo
en ese último segundo
y delante nuestro un mundo
que nos muestra su esplendor
de noches frías con mucho calor,
de puestas de sol, de auroras,
de relojes parados, de horas
para jugar a la guerra y al amor.


Imposible olvidar.

Imposible olvidar aquello
tan tuyo que dejaste ser tan mío,
tus ojos, tus labios, tu cabello,
tu vacuna contra mi frío.

Y se hace imposible olvidar
aquellas noches en que juntos
solo nos ocupábamos de los asuntos
que conciernen al verbo amar.

Imposible olvidar y no olvidaremos
aquellos días en cuarto de pensión
las calles de Logroño, las Playas de Xixón,
imposible olvidar porque olvidar no queremos
nuestras despedidas en la estación
y los reencuentros en la habitación.

Aitor Cuervo Taboada.

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